Ovacionan monclovenses a Generales
PRENSA GENERALES.- La fiesta estaba programada en grande. Ningún monclovense pensaba en una derrota. Nadie.
En el hotel de concentración de La Tropa se respiraba confianza, tranquilidad. Se olfateaban cosas buenas.
Desde el desayuno se les veía contentos. Estaban ansiosos por entrar al terreno de juego.
Los coaches estaban en una sola mesa. Trabajan sobre el orden al bate. Álvaro Espinoza es muy organizado, le gusta tener su alineación desde muy temprano.
Se dieron las 3:30 de la tarde y partieron al “Horno más grande de México”. El calor arañaba los 33 grados centígrados. Muchos aficionados llegaron desde temprano al estadio. Era día de fiesta.
El acto protocolario inició con la luz del sol muy arriba. Presentaron a los Generales, sin mucha fiesta.
Y empezó la “lluvia de estrellas” de Monclova. Nombres, nombres y más nombres. La gente estaba ilusionada, aplaudieron a más no poder.
Pero en el campo juegan los hombres y desde el inicio, los visitantes, que llegaron en calidad de víctimas, le faltaron al respeto a su estelar, el exligamayorista, Héctor Velázquez.
Ya perdían 1-0 con la remolcada de Héctor Gómez y anotada para Aneury Tavárez.
No bastó eso. En el siguiente inning le dan dos coscorrones más y la gente empezaba a preocuparse.
Wendolyn Bautista estaba en plan magistral. Había tirado cuatro rondas en blanco, hasta que en la quinta tuvo un pequeño error, que se fue atrás de la barda. Ganaba 3-2.
Y allí empezó el concierto de Álvaro Espinoza. Movió a sus lanzadores como que si ya tuviera años de dirigir en esta liga.
Jaló a Jesús García y cumplió con creces. Sorprendieron al traer a José José en la sexta y el “Príncipe del bullpén” dio el do de pecho, al colgar cero. Después trajeron a Isaac Jiménez y fue el Isaac que la afición quiere ver. Duro y cortante.
Pero antes, José Manuel Orozco aprovechó un slider y la sacó por todo el derecho.
Venían los zurdos rivales y jalaron al nayarita, Ozzie Méndez, quien se fajó como lo grandes.
Y para terminar el concierto trajeron a Zach Hartman. El estadunidense no dio tregua. Vino y arregló a los dos rivales, para agenciarse el salvado.
Se había consumado la victoria. Eran 11 derrotas al hilo contra Acereros.
Pero este viernes, los Generales venían en plan de “aguafiestas”, a no ser escalón de nadie y lo lograron.
Tan bien jugaron, que la misma afición acerera los despidió del terreno de juego con una ovación.
A más de alguno se le enchinó la piel.
Es apenas el inicio, pero esto ilusiona.
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